jueves, 12 de septiembre de 2013

Capitulo 9


— Hmm. La que duele. Lo recuerdas.

Una sombra de dolor nubló los ojos de Jose Luis y Hanna  retorció la servilleta en su regazo. Sabía dónde vivía su ex novia. Jose Luis jamás se enteraría si le hacía una visita a esa estúpida de Melissa.

— No creo que eso sea problema— observó con labios firmes.

— ¿No?

— No— sacudió la cabeza—. Te quiero. Pero no estoy enamorado de ti. Tener sexo no modificará eso.

— ¿Y cómo lo sabes?

— Deja que te haga una pregunta. ¿Has mantenido una intimidad emocional con todas los hombres con las que te has acostados?

— Claro.

— Mentirosa.

— ¡Eh!— exclamó.

— Sé que no la has mantenido. ¿Recuerdas a Fernando no sé qué? ¿De Marcos? Ni siquiera te gustaba mucho. Y esa otro tipo barbon. Tú misma me contaste que lo único que había entre los dos era sexo.

— Cierto. Pero fueron excepciones— dijo con severidad.

— Bueno, pues yo también lo seré.

— No eran mis mejores amigos.

— Lo cual me convertirá en una excepción excepcional. Podemos tenerlo todo. Ser mejores amigos y la mejor pareja. El único modo en que podemos estropearlo es si no contamos la verdad, que no será el caso, porque siempre nos hemos dicho la verdad.

Soltó la servilleta estrujada y alzó la taza de café.

— No lo sé. Me siento bastante satisfecha con la situación actual.

— Yo no estoy insatisfecho— le hizo una seña al camarero para que le llevara un poco de café. Cuando lo tuvo delante, abrió dos bolsitas de azúcar artificial y las vació en el líquido—. Supongo que me he estado sintiendo un poco...

— ¿Lujurioso?

— Eso también— rió—. Pero no es todo. No me siento solo... te juro que no. Me encanta mi vida tal como es.

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