viernes, 11 de octubre de 2013

Capitulo 28

— Primero— dijo Raul—, deben hacerse tres preguntas. ¿Qué quieren de verdad? ¿Potenciar la intimidad incrementará la amistad o la someterá a mucha tensión?— Y falta la más importante. ¿Qué pasa si uno o los dos se enamora? 

— ¿El uno del otro?— dijo Jose Luis 

— Si— Raul asintió—. Deben considerarlo. Se están adentrando en un territorio emocional. Las barreras van a derrumbarse. La intimidad es algo poderoso y fuerte. Puede cambiar las cosas en un abrir y cerrar de ojos. 

Hanna miró a Jose Luis. El le devolvió la mirada, parpadeando, como si el concepto de enamorarse de ella fuera tan extraño que nunca se le hubiera ocurrido. 

Pero a ella sí se le había ocurrido. Ese era el problema. Lo había pensado muchas veces. 

No se engañaba en lo referente a sus defectos. Y era incapaz de comprometerse en una relación. No podía ni quería. Poco importaba, ya que el resultado era el mismo. Si Jose Luis se enamoraba de ella, resultaría imposible que no la lastimara. Y si le sucedía a Hanna... bueno, no lo haría. Eso era todo. Con solo pensar en ello sentía pánico. 

- No te preocupes— musitó Jose Luis a Hanna—. Te quiero demasiado para enamorarme de ti. No le haría eso ni a mi peor enemiga, menos a mi mejor amiga.

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