domingo, 5 de enero de 2014

Capitulo 80


Hanna se puso el cinturón de seguridad y esperó a que Jose Luis entrara en el coche. Era hora de volver, de abandonar ese lugar mágico y los pequeños milagros que habían ocurrido durante el fin de semana. La vida real los aguardaba a solo unas horas de distancia. No quería irse.

Había sido un fin de semana perfecto. No habían salido gran cosa. Principalmente para comer, y una vez a pasear bajo la luz de la luna. Casi todo el tiempo habían hecho el amor.

Jose Luis se sentó y cerró la puerta; el sonido la devolvió al problema de la realidad. ¿Qué iba a hacer a partir de ese momento? La luz del día había salido dos veces y ninguna le había evaporado las preocupaciones. Si la noche del viernes había pensado que estaba metida en problemas, no era nada comparado con el domingo por la tarde.

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