sábado, 25 de enero de 2014

Capitulo 98


—Dios, cómo odio las bodas — Hanna se volvió para callar a Gloria—. Pues las odio. Son una costumbre horrible. ¿Saben de dónde vienen? De la propiedad. Los hombres inventaron el matrimonio con el fin de poder disponer de una sucesión de descendientes. No tenía nada que ver con el amor. Y por aquel entonces, la gente solo vivía hasta los treinta y tantos años, y al casarse de por vida, como máximo contaban con quince años. Se habrían muerto de risa si les hubieras dicho que las personas podían ser pareja hasta cincuenta años.

—Gloria —dijo Carolina—, hemos entendido tu lógica impecable. Pero si no bajas la voz, voy a estrangularte.

—Perfecto —alzó su copa de vino—. No diré una palabra más.

—¿No estaba increíble Mari? —comentó Carolina a nadie en particular—. jamás pensé que fuera tan... Ha florecido, ¿no creen? David está loco por ella. Van a intentar tener hijos de inmediato.

Hanna se detuvo en el momento en que iba a beber un poco de agua. La voz de Carolina sonaba un poco rara. No logró descubrir qué era, pero no parecía normal.

Carolina miró a Ricardo, quien le susurró algo, miró en torno del salón y se levantó. Se marchó, dejando a una Carolina sonriente.

—¿Qué sucede? —inquirió Hanna, mirando a Jose Luis  para ver si él sabía algo. Pero este ni siquiera prestaba atención. La orquesta se había puesto a tocar y Jose Luis parecía fascinado con el violinista.

Se volvió otra vez hacia Carolina, pero antes de poder preguntarle qué pasaba, Ricardo regresó a la mesa, seguido de Christian. Se sentaron y Christian alzó su copa de vino. Ricardo tomó la mano de Carolina y asintió; ésta le dio un beso ligero antes de mirar a los otros.

—Tenemos que anunciarles algo.

Hanna sintió que se le aceleraban las palpitaciones y un nudo en el estómago.

—Estamos embarazados —soltó Carolina, con una sonrisa como el sol por el júbilo que experimentaba.

Los vítores que salieron de su mesa provocaron una pequeña conmoción, pero a Hanna no le importó. Era la noticia más maravillosa del mundo. Ningún bebé era más afortunado. No había padres mejores. Las lágrimas que con tanto cuidado había eliminado antes regresaron para vengarse. Se puso de pie de un salto y fue a abrazar a sus amigos, tropezando con Jose Luis, Gloria & Christian. Todos reían y lloraban. Entonces se halló en brazos de Jose Luis. Sus miradas se encontraron y el salón pareció desvanecerse. Solo existió él. Y un futuro tan claro que casi podía tocarlo. Un futuro que jamás podría estar a su alcance.

Se inclinó para besarla, pero ella se apartó y rompió el abrazo.

—Perdona —musitó.

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