jueves, 27 de febrero de 2014
Capitulo 121
Hanna colgó el teléfono. Había hecho algo por completo nuevo. No había ido a trabajar alegando que estaba enferma. Una vez incluso fue a trabajar con neumonía, pero ese día, a pesar de que el estómago no le daba muchos problemas, no era capaz de enfrentarse a los teléfonos, ni a los jefes ni a los otros agentes. Necesitaba estar sola.
Eran más de las nueve y aún no se había quitado el camisón. En ese momento lo que no sabía era si volver a meterse en la cama o darse un baño.
Ganó lo segundo. Dejó la taza de café vacía en el fregadero y se dirigió al baño. Abrió la llave, ajustó la temperatura y echó sales en el agua. El aroma a lavanda impregno rápidamente la atmósfera, relajándola casi de inmediato.
Se levantó y cerró la puerta. Se quitó la bata y el camisón, y se observó en el espejo. Aún tenía el estómago plano... bueno, no como su hermana Ash, pero no había ni rastro de lo que pasaba en su interior.
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