viernes, 28 de marzo de 2014

Capitulo 139



—Puede que yo sea actor, pero no estúpido. Ni tampoco ciego. Es posible que todo comenzara como amigos, pero se ha convertido en algo diferente. Así que no lo estropees. El amor es lo más importante. Créeme.

Hanna sonrió, pero no de alegría.

—Hacen falta dos para tener una relación de amor, Cristian. Dos personas que quieran lo mismo.

—Y él lo quiere, y tú lo sabes. Aunque debes recordar que es un chico, y a veces no son demasiado brillantes. Dale algo más de tiempo. Terminará por verlo.

—Te quiero, Cristian, pero te equivocas. Jamás establecerá un compromiso permanente con una mujer. Es lo último que busca en nuestra relación.

—¿Estás segura?

—Lo estoy. Es de lo único de lo que estoy segura en el mundo.

—Entonces lo siento —Cristian suspiró—. Por los dos.

—Sí. Yo también.


Capitulo 138




—Y bien, ¿qué sucede entre Jose Luis y tú?

Hanna se esforzó por no cambiar la expresión.

—Nada. Se ha ido una semana a *************.

—¿Aún siguen con el experimento?

—Al menos seguíamos —asintió—. No sé si va a continuar.

—¿Por qué no?

—Puede que no sea el teatro, pero es complicado.

Cristian suspiró y le apretó la mano.

—¿Sabe que estás enamorada de él?

—¿A qué te refieres? —intentó soltarse, pero él no la dejó.

—Es obvio, cariño. Todos lo sabíamos, pero queríamos que fueras tú quien nos lo dijera primero. Te vi en la boda, y en el almuerzo de los domingos. Lo tienes mal. Espero que Jose Luis sea capaz de levantar la cabeza el tiempo suficiente para ver lo afortunado que es. Los dos se necesitan.

—Te equivocas —afirmó, consiguiendo soltarse—. Solo somos amigos, ¿lo recuerdas? Amigos con sexo.

—Puede que yo sea actor, pero no estúpido. Ni tampoco ciego. Es posible que todo comenzara como amigos, pero se ha convertido en algo diferente. Así que no lo estropees. El amor es lo más importante. Créeme.

Hanna sonrió, pero no de alegría.

Capitulo 137



Titubeó unos segundos, como si buscara las palabras adecuadas.

—Llega hasta mí. No solo a las partes agradables y encantadoras, sino también a las feas y desagradables. Y le gustan todas. En serio. No le importa que me obsesione la interpretación, o que sea un desperdiciador cuando se trata de mi chequera—se apartó del sofá y lo rodeó otra vez, sentándose—. Me siento completo —afirmó—.

Venga, dime que es un tópico... pero, maldita sea, Hanna es la verdad.

Hanna lo entendía. Más de lo que podía revelar, de lo que se atrevía a reconocer ante sí misma.

—Me alegro mucho por ti —sintió que las lágrimas le humedecían los ojos—. Te lo mereces.

—¿Sabes qué? —le tomó las manos y las apretó—. Estoy de acuerdo. Aunque a veces debo pellizcarme para comprobar si es de verdad.

—Oh, Cristian. Me complace tanto que me lo hayas contado. Es increíble.

—Sí. Cielos, jamás pensé que encontraría al amor de mi vida. Pero me equivoqué.

—Siento escalofríos —se hallaba encantada por Cristian, que había pasado por demasiadas relaciones fallidas. De todos sus amigos, era el más dulce y confiado. Lo cual, desde luego, lo convertía en un blanco fácil.

—Nos vamos a ir a vivir juntos —continuó él—. Este fin de semana. Ella va a dejar su apartamento. Durante un tiempo lo intentaremos en el mío, y luego veremos si podemos encontrar algo más grande.

—Es maravilloso. Tendremos que ofrecer una gran cena para celebrarlo.

Cristian asintió. Su animación menguó y la sonrisa se desvaneció.

—Y bien, ¿qué sucede entre Jose Luis y tú?

Capitulo 136


Hanna sonrió. En todos los años desde que lo conocía, jamás lo había visto de esa manera.

Nadie había sido «la elegida», ni siquiera Roxana.

—No lo esperaba —continuó él, poniéndose de pie, lleno de energía contenida—. Ya en la universidad me había gustado, aunque eso no bastó para pararlo todo.

—Entonces, ¿qué ha cambiado? —preguntó Hanna.

—Todo. Ella, yo. Lo único que sé con seguridad es que esto es de verdad. Nunca he sentido algo parecido. Estoy corno sosegado, ¿sabes? Como si hubiera vuelto a casa.

—A mí no me pareces sosegado.

—Porque lo he comprendido hoy. Hace unas dos horas, para ser preciso. Me lo he pasado en grande y he querido estar con ella en todo momento. Hablamos y hablamos, y es una chica normal, salvo que no es nada corriente. Le encantan sus computadoras, pero no hasta el extremo del fanatismo. Es pasión —apoyó las manos en el respaldo del sofá—. Pero lo milagroso es lo que siento yo cuando me encuentro con ella.

—Cuéntame.

Titubeó unos segundos, como si buscara las palabras adecuadas.

Capitulo 135



Era un buen plan, que habría funcionado si a las siete y media no hubieran llamado a su puerta. Cristian.

—¿Molesto? —preguntó—. ¿Estás ocupada?

Hanna  meneó la cabeza y le indicó que pasara.

—¿No tienes ensayos esta noche?

—No. El director esta ocupado. Al menos eso es lo que han dicho


—Suena complicado.

Cristian se dejó caer en el sillón y sonrió

—Es el teatro. Siempre es complicado —dijo.

—¿Qué te sirvo? —preguntó con una sonrisa, yendo hacia la cocina.

—¿Tienes algún batido de chocolate?

—Desde luego —a Hanna no le gustaban pero siempre guardaba algunos en la nevera por si Cristian la visitaba

—. ¿Qué pasa?

—Tenía que contárselo a alguien —repuso—. Ya no podía guardármelo más.

Sonaba tan entusiasmado que Hanna regresó lo más pronto que pudo al salón. Al darle la bebida, notó que pasaba algo importante.

—Es Andy.

—¿Sí?

Respiró hondo y soltó el aire con fuerza.

—Sé que parece una locura y también que ha sucedido muy deprisa, pero, Hanna, es la elegida.